Sucedió por casualidad. Concurrieron simultáneamente varias circunstancias inusuales en la vida cotidiana de Juan.
Un rato antes se habían llevado el reproductor de MagicVD, porque mañana le traían el nuevo modelo que incluía en su memoria más de 25.000 películas. Su super-ordenador con unidad de inteligencia artificial estaba bloqueado, ya que se estaba bajando 47 programas nuevos. Estaba averiado, pendiente de venir un técnico, el simulador orgásmico-masturbatorio, con sus más de 50 programas que reproducían en el cuerpo las sensaciones de una paja, un sexo oral o múltiple, o una sesión de sado-masoquismo.
Se desencadenó entonces una descomunal tormenta, y se inutilizaron la televisión 3D hiperrealista con 1.500 cadenas, y el reproductor de inteligencias de acompañamiento, con sus 40 personalidades virtuales diferentes.
En aquella circunstancia, poco después, comenzó a experimentar algo sorprendente, auténticamente novedoso, diferente a todo. Juan se estaba aburriendo.
Ricardo
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